¿Qué es?

La cocina tradicional forma parte del patrimonio cultural inmaterial de un país y, como tal, constituye un elemento de identidad del mismo.

El proyecto Marca Cuina Catalana busca posicionar nuestra cocina como marca cultural identificativa. Por este motivo, es imprescindible una concienciación inicial de la cocina catalana como propia y diferente, específica y singular, y una promoción y divulgación posteriores de los valores de la cocina catalana como riqueza cultural del país.

El proyecto Marca Cuina Catalana nació en 2001 desde la Fundació Institut Català de la Cuina i de la Cultura Gastronòmica (FICCG) y la Fundació Viure el Mediterrani, dentro de un proceso más amplio de estudio, reflexión y promoción de la cocina catalana, marcado, entre otros, por dos congresos sobre el tema, en 1981 - 1982 y 1994 - 1995.

En una primera fase el proyecto se centró en la recopilación, validación y homologación del recetario de Cataluña y en la publicación del Corpus de la Cuina Catalana en noviembre de 2006.

En junio de 2009 se presentó el proyecto en París, en las conferencias Comment mettre en valeur notre Patrimonie Gastronomique et le transmettre aux générations futures. En noviembre de 2009 el Corpus de la Cuina Catalana se expusó en las conferencias sobre Inventaris del Patrimoni Alimentari, organizadas por el IEHCA (Institut Européen d’Histoire et des Cultures de l’Alimentation), en Tours. Durante estas jornadas se constató que Cataluña es uno de los pocos países del mundo que cuenta con un inventario de recetas tradicionales, hecho que despertó la admiración de Francia, Suiza o Italia, entre otros.

En mayo de 2011 se publica una edición revisada y ampliada, titulada Corpus del patrimoni culinari català, que en marzo de 2012 ha recibido el primer premio de los prestigiosos Gourmand World Cookbooks, en la modalidad cocina mediterránea.

Marca Cuina Catalana cuenta con un logotipo propio, sello de calidad de los platos y los productos que conforman la cocina catalana.

La elección de este logotipo se realizó por concurso público y con el asesoramiento del consejo directivo de la Associació de Directors d’Art i Dissenyadors (ADG-FAD).